Nuestra primera palabra es un grito indefinido con el que mostramos nuestro terror ante ese nuevo mundo, sin asideros, al que nos han traído sin preguntar.
Pronto mostramos nuestra adaptación al medio y nos vamos dotando de nuevos sonidos con los que conseguimos lo que queremos: tete, más, bibi, mi, agua. (Por supuesto, hablo de sociedades donde las personas tienen acceso a esa libertad que proporciona el poder cubrir las necesidades).
Poco a poco, empezamos a ser parte activa de nuestro entorno. Repetimos lo que oímos y vamos descubriendo sus efectos: mamá, papá, guapa, jugar, te quiero.
Y ya no hay más… A partir de ahí, estamos listos para dibujar el mapa de nuestra vida. Un camino que vamos trazando a golpe de palabras bien dichas y de otras muchas que quisiéramos olvidar.
Con el tiempo, encontramos significados que no conocíamos y que van asociados a palabras que suenan tan bien como GRACIAS. Gracias a nuestros padres por no preguntar y ser valientes, dándonos la oportunidad de hacer nuestro propio recorrido, gracias a esas familias que están siempre a tu lado, gracias a esas personas que encontramos en la calle y que, casi sin darnos cuenta, se cuelan hasta la cocina para hacer de nuestro cerebro y nuestro corazón un mundo habitado.
Más tarde llegan las expresiones. Ésas con las que pedimos ayuda o tendemos la mano. Asociadas siempre a una respuesta: «dime qué necesitas» o «búscate la vida». Ambas legítimas y por supuesto correctas gramaticalmente. Pero es quizá el número de veces que usamos una u otra el que nos define como personas.
Pero aquí solo hablaremos del poder de las palabras, poniendo en práctica otra de mis frases preferidas: “no juzgar a nadie que no te haya pedido tu opinión”. Esta es una página fresca y positiva desde la que quiero aprender y compartir mil razones para decir GRACIAS y mil encuentros que nos hagan CONFIAR sin juzgar.
Como ya habrás visto he decidido llamar ¿NOS AYUDAMOS? a la sección en la que hablo de los servicios que ofrezco, y lo he hecho porque creo que en todo negocio hay un intercambio, no solo lucrativo, también de aprendizaje. Así que ya queda dicho, estaré encantada de que aprendamos juntos, al tiempo que nos ganamos la vida AUMENTANDO NUESTRAS VENTAS.
De entrada, solo puedo pedirte que CONFÍES, te espero en ILUSTRÁGORA.